Gracias. Por darme la vida y todo lo que necesité durante casi quince años.
Por aprenderme a sonreir mientras crecía y enseñarme tambien que en la vida lo esencial no es tenerlo todo, sino conformarse con lo bueno de lo poco que tengamos.
Juntas tropezamos mil veces, pero o me agarrabas tu, o lo hacía yo contigo. Maduré a tu lado y de las veces que yo caí, me aconsejaste, me cojiste de la mano y tiraste de mi haciéndome seguir.
El otro día me vino un agradable olor a flores en un lugar donde no las había, se que eras tú. Como tambien se que aún no te fuiste, y por eso quiero decirte que soy feliz, tengo problemas, si, pero se que recordando tus manos agarrándome fuerte podré seguir y llegar muy lejos como lo hacía cuando estabas a mi lado.
Vete, descansa mamá.
Te prometo que estaré bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario